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Lucía Collado

Dr. Guerrero-Heredia

Hector Eduardo Guerrero-Heredia y su vocacion de orientacion

                                                                              

13 Abril 2009, 12:34 PM

Cápsulas /Escrito por: ALVARO ARVELO HIJO

Hace 4 años, ya en sólida ruta hacia los 5, a dos brillantes profesionales de la Medicina, los doctores Héctor Guerrero Heredia y Mario Lama, se les presentó un gran reto: echar pa’lante un programa radial especializado.

Un reto todavía mayor porque salía al aire un espacio radial en torno al delicado tema de la Ciencia Médica, que no es precisamente fácil de hacerlo popular en vista de su propia naturaleza complicada, difícil y de poca tradición en las ondas hertzianas dominicanas. Y aun mayor era el reto porque el programa se iba a radiar a través de la emisora más importante, influyente y cotizada del abanico radiofónico.

Los doctores Héctor Guerrero Heredia, eminente médico psiquiatra y Mario Lama, no menos eminente gineco-obstetra, aceptaron el arduo desafío de ya 4 años y algo de duración.

¡Salieron airosos! Al cabo de 4 años y pico se han establecido como dos acertados, certeros, precisos e influyentes comunicadores, que nada tienen ya que envidiar a los profesionales del micrófono, sino que muchos de estos últimos ya quisieran tener el arrastre popular, la calidad, la voz, el instinto de comunicar y la agilidad-habilidad de los doctores Guerrero Heredia y Lama.

Ese programa no necesita presentación. Se llama “La Receta Médica de la Z”, y se transmite de lunes a viernes y de 11 de la mañana a 12:30 del mediodía. Claro, ese horario varía cuando la gente del programa “El Gobierno de la Mañana” entrega temprano, o sea, no se toma el tiempo ajeno, que es el tiempo de “La Receta Médica de la Z”. Al cabo del tiempo, “La Receta Médica de la Z” se fortaleció con la integración de una brillante profesional de la cardiología: la doctora Lidia Soto, que al llegar ese espacio a sus 4 años (ya, repito, con su pico) también se ha establecido como una formidable comunicadora.

El éxito que desde el primer momento y hasta hoy ha logrado “La Receta Médica de la Z” se debe a muchos factores, como número uno el señalado de la calidad de comunicadores en que se han convertido sus 3 productores.

También, el dominio que cada uno de ellos tiene de su especialidad médica, como la siquiatría, la ginecología y la cardiología, como han demostrado en sus consultorios, clínicas, etcétera. Cátedras, congresos, etc.

Otro punto a favor de “La Receta Médica de la Z” es que los doctores Guerrero Heredia, Lama y Soto saben hablar de medicina bajando al nivel de pueblo llano, esto es, que lo que saben y dominan lo llevan con confianza y seguridad a las limitaciones que todos los que no somos médicos tenemos sobre la materia.

No es algo que canse, que la gente no entienda, que no consiga que el pueblo se integre, sino todo lo contrario: una cátedra de medicina de hora y media que resulta asequible a todos los sectores de la vida nacional.

“La Receta Médica de la Z” posee otro ingrediente positivo en el hecho de que a través del teléfono integra a los oyentes al debate, a la discusión, a la toma de conciencia, al conocimiento, a la inquietud, etcétera.

Y agrego algo más: ellos enfocan con base aspectos relacionados de manera directa o indirecta con la medicina: deportes, ejercicio físico en general, cultura popular, arte polifacético, problemas económicos, líneas sociales en general y… política cuando es necesario, útil, orientador, consecuente y sin pasiones.

“La Receta Médica de la Z”, al llegar y pasar ya de 4 años, es el espacio radial científico más importante de la historia de la radio dominicana.

 
  

Terror Nocturno

Terror Nocturno
Por Héctor Guerrero Heredia   
17 de Mar 2009 12:00 AM

Un niño de cinco años, el cual va a la consulta de su pediatra privado porque según la madre, el pequeño se despierta llorando y cuando se le pregunta qué pasó, él dice que no pasó nada.

Otros síntomas que la madre evidencia mientras su hijo duerme, antes de despertarse, es que mueve mucho la cabeza, los pies y lo brazos; y lo hace de una manera repetitiva.

El primer paso que da el pediatra es enviar este niño a la consulta de neurología pediátrica para hacer las evaluaciones correspondientes.

Los resultados tanto del electroencefalograma, del examen neurológico clínico y de los tests de laboratorio dieron normales, por lo que se descarta un problema neurológico de base.

La madre sigue reportando que en los últimos días el chico además de los movimientos de manos y pies, también voltea la cabeza y se despierta sudando con taquicardia; y a la mañana siguiente se despierta como si nada hubiera pasado y ni recuerda “lo que pasó anoche”.

Otro dato importante en la historia es que las crisis empiezan a la hora del paciente haber conciliado el sueño.

El paciente entonces es referido al psiquiatra infantil, quien luego de una larga conversación con el niño y también con la familia, aparte de una historia clínica normal, decide hacerle un estudio de “sueño” donde el pacientito tendrá que pernoctar en la unidad de video electroenofalografía donde el pequeño  pasará la noche completa.

Luego de este examen del sueño, más la historia psiquiátrica y neurológica normal, se concluye con el diagnóstico de terror nocturno.

El terror nocturno se considera un trastorno de la fase NO REM del sueño; o sea, en la parte que el paciente no está moviendo rápidamente los ojos. Se considera una parasomnia, y a veces a requerir medicamentos además, obligado proceso de psicoterapia.

En la mayoría de los casos, esta condición desaparece en la juventud sin dejar secuelas neurológicas.

En nuestra próxima entrega, la semana que viene, seguiremos tratando los temas relacionados con los trastornos del sueño, patologías que son más comunes de lo que la gente piensa.
Héctor Guerrero Heredia es psiquiatra

Test hábitos alimenticios

Test hábitos alimenticios
Actitud frente a comida Print E-mail

Por Héctor Guerrero Heredia   
10 de Mar 2009 12:00 AM

Contesta Sí o No:

1.    Me aterroriza estar en sobrepeso, aún cuando nunca he sido obeso(a).

2.    Evito comer cuando tengo hambre para hacer solo una comida al día.

3.    Me preocupo con la comida al punto de que me agobia el hecho de comer cualquier cosa que me pueda engordar.

4.    He tenido atracones de comida en los que he sentido que no podía parar de comer, aunque me sintiera que iba a echarla toda para afuera.

5.    Corto todas las porciones de alimentos servidos en mi plato, en pequeños pedazos antes de empezar a comerlos.

6.     Estoy al tanto de la cantidad de calorías que contiene cada alimento o bebida que ingiero y las cuento escrupulosamente cada vez que como algo.

7.    En particular, evito comidas con carbohidratos (pan, arroz, papas, etc.), a pesar de que me encantan.

8.    Creo que los demás preferirían que comiera menos y más saludable.

9.    Siempre vomito después de comer.

10. Siento mucha culpa luego de comer, a nivel de que me arrepiento y me digo:   ¡No debí comerme esto!

11. Me preocupa mi deseo de ser delgado(a) pero no resisto ver al espejo las libras que tengo de más.

12. Cuando hago ejercicio sólo pienso en quemar la mayor cantidad de calorías que pueda.

13. Otras personas piensan que estoy muy gordo(a).

14. Me preocupa tener demasiada grasa en mi cuerpo.

15. Me tardo más tiempo que los demás cuando como.

16. Evito comidas que contengan azúcar.

17. Solo como alimentos de dieta.

18. Siento que la comida controla mi vida.

19. Dedico mucho tiempo y pensamientos a la comida.

20. Siento que otros me presionan para que coma.

21. Trato de controlarme en lo que como.

22. Me siento incómodo(a) luego de comer dulces.

23. Me comprometo en hacer dieta.

24. Me gusta que mi estómago esté vacío.

25. Tengo impulsos de vomitar luego de haber comido.

26. Disfruto probando comidas nuevas y deliciosas.

En caso de haber contestado quince o veinte de manera positiva, entonces debes revisarte porque tu conducta alimentaria puede estar afectada.

Para que te respondas tu mism@

Para que te respondas tu mism@
AUTOEVALUACION

Por Dr. Guerrero Heredia   
3 de Mar 2009 12:00 AM

1. Frecuentemente estoy hiperactivo(a) y mis amigos me preguntan en forma de broma qué trago o droga estoy tomando.

2. Creo que sería un(a) buen comediante de un club nocturno.

3. A veces las ideas me vienen tan rápido que se me hace imposible expresarlas todas.

4. En un ambiente poco familiar, frecuentemente me siento tan seguro(a) de mí mismo(a) y soy tan sociable que me quedo asombrado(a).

(5). Hay veces que me siento tan inquieto(a), que me resulta imposible sentarme tranquilo(a).

(6). Cuando tengo una emoción, usualmente la siento con extrema intensidad.

(7). Frecuentemente estoy tan alegre, que me cuesta trabajo concentrarme en una cosa por mucho tiempo.

(8). Las personas me buscan cuando necesitan ideas ingeniosas.

(9). Frecuentemente me siento entusiasmado(a) y feliz sin ninguna razón aparente.

(10). Frecuentemente estoy tan lleno(a) de energía y optimismo, que siento que podría superar casi a cualquiera en todo.

(11). Muchas veces tengo tanta energía que no necesito dormir por la noche.

(12). Frecuentemente quisiera estar en todas partes y hacer todo a la vez.

(13). Creo que algún día yo tendré éxito en varias profesiones.

(14). Creo que pudiera ser un(a) buen(a) actor (actriz), porque puedo desempeñar diversos papeles de modo convincente.

(15). Me gustaría mucho meterme a la política y comenzar una campaña electoral.

(16). Me consideran una persona hiperactiva.

(17). Frecuentemente siento tanta alegría y energía que me río mucho sin razón.

(18). Hay tantas profesiones en las que podría triunfar que me parece una lástima tener que escoger una sola.

(19). Frecuentemente siento que las leyes de la vida no me aplican.

(20). Me es fácil lograr que otros se interesen en mí sexualmente.

(21). Parezco ser una persona que cambia de ánimo fácilmente.

(22). Frecuentemente encuentro que mis ideas van muy rápido.

(23). Tengo tanta facilidad para controlar a los demás que me asusta.

(24). Trabajo mejor durante períodos breves de inspiración intensa.

(25). Frecuentemente he estado acelerado(a) e irritable.

(26). Frecuentemente estoy tan entusiasmado(a) que se me hace imposible dejar de hablar.

Si tienes más de diez afirmativas, cuidado con hipomanía.
Héctor Guerrero Heredia es psiquiatra

Que caracter!

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Por Guerrero Heredia / El Caribe

Martes 13 de enero del 2009 actualizado a las 2:10 AM

El carácter
 ¿Qué es realmente el caracter, cómo se forma?... ¿se pule o se moldea?... ¿cuándo los psiquiatras lo consideramos que se forman esas estructuras que se transforman en la personalidad del individuo?

Aparentemente hay un componente genético hereditario, una herencia biológica acumulada en diferentes genes (cromosomas) que transmiten un estilo específico de reaccionar que se conoce como el temperamento.  Dicho de otro modo, que lo que yo heredo de los Heredia o de los Guerrero se denomina temperamento.  De ahí se puede entender cuando se dice “fulanito es Heredia, porque todos son así”… o “se parece a los Guerrero, que son medio volaos”.
Este temperamento innato y heredado se funde con la crianza, la niñez, la escuela primaria, los amiguitos y principalmente con los padres o tutores, para entonces conformar a través de los años, lo que denominaremos el carácter del individuo.
Es el carácter, el que a través de la adolescencia y durante (probablemente) la adultez temprana, lo que va dando razgos y pautas de lo que los psicólogos y psiquiatras denominaremos ya en la etapa adulta, la “personalidad”.

Resumiendo:  El temperamento se hereda y se trae desde que nacemos.  Al fundirse con el medio externo forma el carácter y son las características de éste, lo que la psicología y la psiquiatría moderna denominan:  la personalidad de cada quien.
Es esa personalidad, la que permite al individuo adaptarse, desarrollarse, considerarse parte de la sociedad y manejar los conflictos que a cada momento le surge a un ente social como lo es el ser humano.
Existen una serie de epítetos o palabras tales como:  susceptible, acomplejado, ridículo, sensible, pesado, frío, acelerado, volado, psicorígido, pendejo, quedao, cínico, caprichoso, seductor, aprovechado, mamita, dependiente, alocado… son miles las formas del pueblo definir empíricamente los estilos del carácter cuando comienzan a dar problemas en la interacción con los demás.
En el caso de los psiquiatras, a veces esas características hacen insoportable la convivencia con esa persona y entonces, cuando nosotros las encasillamos en patrones rígidos, crónicos, desadaptativos; les denominamos trastornos de la personalidad o patologías del eje II.
Héctor Guerrero Heredia es psiquiatra       

Instinto de soñar IV de IV

Columna

 

 

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Por Guerrero Heredia / El Caribe

Instinto de soñar IV

La parte de la psiquiatría que trata los problemas relacionados con el uso y abuso de sustancias psicoactivas se conoce como una de las áreas más difíciles de tratar y curar.  

Según la escuela de los famosos doce pasos, que es el modelo utilizado por los archifamosos alcohólicos anónimos y que sigue siendo la forma más efectiva a largo plazo para tratar el alcoholismo, considera que uno NUNCA se cura, sino que solo se puede RECUPERAR.

El primer paso en medicina psiquiátrica es la desintoxicación del abusador,  que significa sacar del torrente sanguíneo los niveles residuales de la sustancia que se consume. 

En muchas ocasiones, por ejemplo, un usador de cocaína que viene a desintoxicarse, resulta que también la acompaña con alcohol, pero al ser éste algo “legal”… “normal”, el reporte que nos da el paciente es solo de cocaína.

Es aquí, donde el médico debe hacer una historia clínica minuciosa y explicarle al paciente que dicha desintoxicación debe hacerse también por ambas drogas y que justamente el síndrome de retiro que produce el alcohol, es todavía más peligroso que la misma cocaína.

El período de desintoxicación varía dependiendo el tipo de sustancia consumida.  
Ahora bien, la más peligrosa de las desintoxicaciones es la de sedantes tipo benzodiazepinas y barbitúricos, así como la del alcohol.  

Fíjese entonces, que son las sustancias “legales”, las más peligrosas de tratar.  ¿Acaso la droga (legal), que más daño hace en el mundo no es justamente el cigarillo?...

La desintoxicación de opiáceos y heroína no es tan delicada como la de alcohol y realmente, además de sacar la molécula de circulación, se hace para evitar los síntomas físicos desagradabilísimos que produce (se siente náusea, mareos, diarrea, sensación de cansancio, hormigueo, debilidad, dolor de barriga, etc.). 
El solo hecho del adicto a la heroína sentir estos efectos, hace que siga consumiéndola para así evitar ese famoso “mono” que produce.

Con todo, siempre que haya un cerebro en la tierra, habrá una necesidad innata, genética, social y espiritual, de soñar a como dé lugar; a expensas inclusive de nuestra salud física y mental.

Instinto de soñar III

Columna

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Por Guerrero Heredia / El Caribe

Martes 16 de diciembre del 2008 actualizado a las 1:54 AM

Instinto de soñar III

Actualmente, estudios epidemiológicos en Estados Unidos plantean que la población joven está consumiendo más marijuana que alcohol.  En nuestro país, el alcohol es la sustancia psicoactiva de mayor expendio. 

Vale recordar con la severidad que se trata en Norteamérica el uso de alcohol al conducir.  Los números hablan:   En el 70% de los accidentes fatales de tránsito, está envuelto su uso.
Si la policía te detiene manejando y te hace una alcoholemia (medir niveles de alcohol) y das positivo, te cabe hasta cárcel.  Esto posiblemente, es uno de los factores principales del cambio en el patrón de consumo de psicoactivos en EU.  También, los programas de educación y el famoso “conductor designado”, son variables producto de este cambio.

En Latinoamérica y Europa, el alcohol sigue siendo la droga más usada.  En Europa del Este, es una epidemia que afecta más del 25% de la población.

Con la nueva tecnología y el afán de encontrar moléculas que distorsionen y modulen nuestra conducta, cada día proliferan más el consumo de sustancias de laboratorio como el éxtasis que tanto daño ha hecho en Europa y América desde el principio de la década de los 90’s.

Así también, la metamfetamina ha causado estragos en toda Asia y algunos focos en Estados Unidos.  ¡Gracias a Dios!, ésta es casi desconocida en República Dominicana.

Por otra parte, la reina de las drogas ilegales sigue siendo la diabólica “cocaína”, “perico” o “kanki”, como se conoce en nuestra comunidad joven.  
Su consumo sigue aumentando y los precios bajando. !Ah, paradoja del capitalismo, fíjese cuáles son los productos que bajan de precios en el mundo.

La cocaína, por su naturaleza y acción psicoactiva estimulante, fácil manejo y transporte, y la facilidad de utilización, es la sustancia de elección en los medios altos de la sociedad.
Es muy difícil reconocer a un usuario de cocaína, ya que sus efectos euforizantes no son tan peculiares como en los consumidores de marijuana, heroína o el devastador crack.

Otro gran problema de la cocaína es que se usa casi siempre en compañía de alcohol y tabaco.

Continuaremos…

Mente, genetica y medio ambiente

Columna
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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Miercoles 10 de diciembre del 2008 actualizado a las 12:05 AM
Instinto de soñar II

¿Por qué los seres humanos usan sustancias psicoactivas?... ¿Existen realmente, gatillos biológicos, marcadores genéticos, factores cromosómicos, herencia, lugares y áreas cerebrales que almacenen y desarrollen esta predisposición?... La respuesta contundente es que Sí, que existe predisposición genética y que hay genes portadores de información respecto.
Padres alcohólicos dan hijos alcohólicos e hijas depresivas, dicen los estudios longitudinales sobre alcoholismo.
Tenemos forma de mapear estas estructuras que en  unos están más desarrolladas que en otros.   Podemos hasta predecir a través de genoma quién tiene más probabilidades de quedar “ENGANCHADO”  en el mundo de la droga.   Podemos inclusive, poner tratamientos más  adecuados y sugerir qué molécula lleva bien a uno y otro paciente.
Aunque el medio ambiente, la crianza y la presión de grupo en los genes tienen una influencia gigantesca en la problemática de las adicciones, no hay dudas de que el factor biológico es preponderante en esta condición.

Es de rigor que todo médico que trate patología de la adicción conozca y entienda estos conceptos nuevos y revolucionarios sobre este tema que es posiblemente, uno de los tres temas más importantes de la medicina en general y el más importante en el mundo de la psiquiatría.

Nuestro país tiene el recurso humano para trabajar esta problemática, pero históricamente el Estado ha echado a un lado este tema y los programas como hogares Crea tienen cada día menos recursos para accionar.   Imagínese usted, este es un país donde un joven de 17 años –técnicamente- no tiene una cama en el área psiquiátrica, y el Estado no provee a diez millones de habitantes, ni de una unidad de desintoxicación aguda para pacientes adictos.
Para resumir esta situación, podemos decir que en el problema de las sustancias se confirman la interacción de diferentes factores:
Por un lado, está la predisposición genética, la vulnerabilidad biológica, y la susceptibilidad cromosómica.  
Si agregamos un ambiente familiar negativo y poca identificación con los tutores y una sociedad permisiva donde la sustancia está en cualquier esquina podríamos decir entonces que hasta hoy, sin una política real para este problema tenemos la batalla perdida...

Conducta animal vs. conducta humana

Columna
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Do Not Nail Your Dreams by Jarek Kowalczyk

(Do not nail your dreams de Jarek Kowalczyk)

Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 2 de diciembre del 2008 actualizado a las 1:16 AM
Instinto de soñar

En medio del bosque, un ciervo come frutos silvestres.
 
Vive libre. Dentro de su dieta podría incluirse algún tipo de setas (hongos), pero en el momento que encuentra uno venenoso, su instinto lo descarta a través del olfato o del gusto.
 
El hombre, ser libre, soberano de su propio entorno, también puede alimentarse de frutillas del bosque; entiende por experiencia empírica que el hongo es venenoso y por instinto de conservación lo descarta de primera impresión.
 
Pero luego decide tomar la seta, hervirla y tomarse de a poquito la tizana… al cabo de unos minutos, las cosas comienzan a cambiar, el mundo le da vueltas y alucina, entra en un estado “diferente” que no controla y termina fascinado con la experiencia, aunque al final se vaya en vómitos y hasta pierda el conocimiento.

Una semana después, el hombre repite el mismo ritual y termina de nuevo desmayado.

¿Qué hace al ciervo, en este caso, sea más conservador y lógico que el ser racional supremo que es el hombre? 
 
¿Qué hace que el puro instinto sea más conservador que la propia mente humana?

Este tema lo enfocaré desde la óptica psiquiátrica a través del modelo tradicional bio-psico-social, en un esfuerzo para entender la integración de los genes hasta la necesidad social de contactar a un “ser supremo” a través de la inmersión en un mundo mas allá de lo racional y lógico, en un estado de trance donde se diferencia el hombre común de los “elegidos” (brujas, chamanes, profetas, líderes).

No hay dudas que las primeras manifestaciones religiosas de la humanidad estaban acompañadas de ritos y pociones que facilitaban este viaje al más allá.

Todos los asentamientos humanos del mundo tenían su “elixir” sagrado (cohoba, coca, cannabis, opio, campana, peyote, belladona).

La gran mayoría aprendieron a destilar de cualquier fuente de azúcar, el más famoso y dañino de los “elixires” que es el alcohol; tan diversas como agave, remolacha, papa, caña de azúcar, maíz, arroz, trigo, etc.

Cada una de las culturas tiene en común lo que denominaremos, su instinto de soñar.

Continuaremos…

Fobias especificas

Columna
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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 25 de noviembre del 2008 actualizado a las 12:45 AM
 
  
  

 

 
 
 
 
Fobias específicas

Ergofobia: Miedo al trabajo.   En simple castellano, una persona vaga.

Dementofobia: Miedo a quedarse demente o loco.

Sofofobia:  Miedo a cultivarse, a las nuevas cosas.

Panfobia: Miedo a todo, a cualquier cosa.

Tridecafobia: Algo hasta socialmente aceptado, ya que se trata de miedo al numero 13 (hasta hoteles respetan la tridecafobia).

El miedo patológico incontrolable se conoce como fobia.
 
Aquí unos tantos de los miles de fobia simple que existen en el mundo. 
 
Por ejemplo, una de las situaciones que más fobias causan son los elementos y eventos de la naturaleza (las alturas, tormentas, terremotos, al agua, al mar, etc).

Fobia a la sangre, a lo relacionado con ella; como la fobia a las jeringuillas y agujas.

Otro grupo de fobias muy comunes son las relacionadas con túneles, puentes, a volar, a los aviones y miedo a manejar.

Obviamente, la fobia más comun es la fobia social o timidez patológica. 
 
No todo el mundo es capaz de tomar un micrófono y hacer karaoke o dar un discurso; la mayoría de las personas no son capaces de declamar o leer un versículo de la Biblia en público. 
 
A veces esta fobia se encarna en una sociedad y esta se torna incapaz hasta de reclamar sus derechos.

La característica psicológica del fóbico es un miedo excesivo e irracional al objeto fóbico. 
 
La exposición al objeto real como imaginario, provoca mucha ansiedad; una constante evitación del objeto fóbico.
 
El propio paciente reconoce que su miedo es excesivo.

Existen fobias que son lo opuesto, pero del punto de vista psicológico psicodinámico significan lo mismo.
 
Ejemplo:   La claustrofobia y la agorafobia, la primera  es el miedo a encerrarse,  miedo a lugares muy estrechos o  donde no hay ventilación, mientras que la segunda, es la fobia a lugares abiertos (en griego agora significa miedo al Mercado “que era un espacio abierto”).  

Una de las descripciones más patéticas de la agorafobia, es la descrita en los Beduinos del Sahara, tribu nomada que viaja por el desierto inmenso; también, esa sensación que sienten los marinos en medio del océano, se podría considerar agorafobia.

 

Figura Ideal II

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(The Three Graces de Rubens)

Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 18 de noviembre del 2008 actualizado a las 12:36 AM
   
FIGURA IDEAL II

Hay que entender que quizás el término anorexia no sea el más conveniente ya que del punto de vista etimológico de la palabra, anorexia significa falta de apetito; se ha demostrado que estas chicas tienen buen apetito y que sienten mucha hambre pero se la aguantan; de ahí que su humor siempre esté afectado y estas pacientes viven súper ansiosas o depresivas.

El pronóstico de esta enfermedad es muy desfavorable, ya que la preocupación por la comida, el peso y la figura, persiste a pesar de haber obtenido el peso ideal a través de tratamiento médico.

Los niveles de mortalidad llegan al 10% en pacientes que no obtienen su peso ideal.
 
En los casos severos, la mortalidad puede llegar al 25% y en las crisis, las pacientes se deshidratan, tienen desequilibrio electrolítico y hasta desarrollan arritmias cardiacas.

El Levine o sonda naso gástrica, a veces es necesario para suplir a la paciente de los nutrientes necesarios ya que las pacientes se niegan a comer.  
 
Del punto de vista médico-psiquiátrico se han intentado de ellos ha dado un resultado importante.  REPITO: “No hay medicamentos realmente efectivos para tratar la Anorexia Nervosa”.

Lo más que se trabaja y medica son las comorbilidades que aparecen durante las crisis como son la depresión y la ansiedad generalizada (en este caso es de rigor prescribir algún antidepresivo).   Recuerde que son los mismos antidepresivos, los medicamentos que se usan para tratar trastornos de ansiedad.

Los internamientos o largo plazo (seis meses a un año), son los tratamientos más efectivos para tratar la anorexia severa y la terapia cognitiva conductual, son posiblemente la mejor opción en este momento.

La anorexia es quince veces más frecuente en mujeres que en hombres, y su incidencia es mucho mayor en países desarrollados aunque este desorden está creciendo también en el tercer mundo.

Tu puedes ayudar para alertar a familiares y a las propias personas en riesgo de padecer de esta terrible enfermedad, por eso:  Chicas usando diuréticos, pastillas para rebajar, laxantes, haciendo ejercicios en exceso, usando sábila y quién sabe cuantas cosas más… ¡CUIDADO!.

Figura Ideal I

Columna
El psiquiatra recomienda
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 11 de noviembre del 2008 actualizado a las 1:37 AM
Figura ideal

La incapacidad de mantener el peso aunque sea en el 85% de lo esperado para su edad y tamaño, en ausencia de una enfermedad no psiquiatrica, se reconoce como Anorexia Nervosa.

Si su hija está entre los 13 y 25 años, está extremadamente flaca, la considera a veces como perfeccionista o medio psico-rígida, vive pensando en su figura, su peso es una gran preocupación, las dietas son extremas y a pesar de su flaquencia quiere hacer aeróbicos y pasarse dos o tres horas en el gimnasio; te encuentras sin duda alguna, frente a una de las enfermedades psiquiátricas más peligrosas y difíciles de tratar como son los trastornos alimenticios tipo anorexia.

Realmente, el problema de estas chicas es que tienen una IMAGEN DISTORSIONADA de su figura, o sea, que se ven más gordas de lo que realmente son.  
 
Muchos psiquiatras consideran esta situación como un delirio ya que obviamente estas niñas son calaveras andantes y ellas siguen considerando que están sobrepeso.
 
Muchas veces uno no se explica cómo mujeres inteligentes y con un entendimiento cognitivo normal, pueden tener esta distorsión de la imagen.

Diríamos entonces, que los aspectos claves para tratar de hacer un diagnóstico de este problema son:

-Imagen corporal distorsionada (estando como un esqueleto, se visualiza gorda);

-Cuando no come a pesar de que se le sugiera que está muy delgada;

-Cuando el peso es un problema tan grande que aumentar una libra se convierte en una tragedia psicológica para la paciente;

-Cuando al ser tan perfeccionista, todo debe ser pulcro y bien hecho;

-Cuando al ser tan insegura,  siempre cree que le fue mal en el examen y termina sacando 90;

-Cuando se vive comparando con el resto y se considera menos que los demás;

-Cuando deja de ir a una fiesta porque se siente ¡OBESA!;

-Cuando su humor cambia repentinamente por su peso o figura;

-Cuando una tía o abuela vivían haciendo dieta y eran psico-rígidas, entonces heredó este tremendo problema.

Test

  
 
Columna
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Desesperanza aprendida
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 4 de noviembre del 2008 actualizado a las 1:05 AM
   
Desesperanza

Marque con Falso (F) o Verdadero (V):

1. Miro al futuro con esperanza y entusiasmo. F-V

2. Bien pudiera yo rendirme porque no puedo mejorar las cosas por mí mismo(a). F-V

3. Cuando las cosas van saliendo mal, me ayuda saber que no estarán así por siempre. F-V

4. No puedo imaginarme qué será de mi vida dentro de 10 años. F-V

5. Tengo suficiente tiempo para lograr las cosas que más quiero hacer. F-V

6. En el futuro, yo espero tener éxito en lo que más me importa. F-V

7. Mi futuro se ve negro para mí. F-V

8. Yo espero conseguir más de las buenas cosas de la vida que las personas promedio.  F-V

9. Sencillamente, no consigo tener las oportunidades y no hay razones para creer que las conseguiré en el futuro. F-V

10. Mis experiencias pasadas me han preparado bien para mi futuro. F-V

11. Todo lo que veo delante de mí es más desagradable que placentero. F-V

12. Yo no espero conseguir lo que realmente quiero. F-V

13. Cuando miro hacia adelante en el futuro, espero ser más feliz de lo que soy hoy en día. F-V

14. Las cosas sencillamente no salen de la manera que yo quisiera.  F-V

15. Tengo mucha fe en el futuro. F-V

16. Nunca obtengo lo que deseo, de modo que es estúpido desear cualquier cosa. F-V

17. Es muy poco probable que yo tenga alguna satisfacción real en el futuro. F-V

18. El futuro se ve incierto y vago para mí. F-V

19. Puedo esperar tener más tiempos buenos que tiempos malos. F-V

20. No sirve de nada intentar conseguir nada de lo que deseo porque probablemente no lo conseguiré. F-V

Este test, es el famoso Test de Desesperanza, de Beck.
 
Si tu respuesta, ya sea falsa o verdadera, implicó la salida pesimista en más de ocho ocasiones, revísate porque puedes estar sufriendo de un episodio depresivo.
 
Esto, no necesariamente hace un diagnóstico, pero sugiere la necesidad de ser evaluado(a) por un profesional del área de la salud mental.
 
 
 
 
  

 

Certifica.com

Medicando al ansioso II

Columna
El psiquiatra recomienda
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 28 de octubre del 2008 actualizado a las 12:36 AM
 
  
  

 

 

 
 
 
 
Medicando al ansioso II

El arte de prescribir un medicamento es una virtud que ha de ser desarrollada y pulida por el galeno. Ahora bien, dentro de la profesión, el área más difícil para convencer a un paciente de tomarse su medicina es en la psiquiatría.

Todavía quedan grandes tabúes sobre adicción, sobre poner a dormir, “que después dependes de eso”, etc.
 
Y más aun, cuando se trata de un ansioso; (éste no cree en el medicamento; va a percibir y estar alerta a cualquier cambio en su cuerpo y le va a achacar al “bendito medicamento” todo lo que le pase (“Doctor, ¿me puedo tomar la pastilla junto o sin la comida, con agua o leche… hacer ejercicios?”... etc., etc.).

El psiquiatra debe estar preparado para muchas llamadas relacionadas y tomar tiempo para poner en claro la política de las llamadas telefónicas, que considerar una emergencia y que puede esperar hasta mañana. (Se trata de un ansioso(a): Todo es una emergencia según su mundo hipervigilante y tenso).

En muy pocas ocasiones, los pacientes ansiosos pueden ser prescritos con un solo medicamento y la mayoría de los psiquiatras deben darle uso a las archiconocidas benzodiazepinas, ya que son “apaga fuegos” instantáneos y no hay que esperar el efecto anti-ansiedad de los “antidepresivos” que son la medicación de elección en estos casos (recuérdese que el término “antidepresivo” es la forma en que fueron tirados al mercado la mayoría de estas moléculas).
 
“Todo antidepresivo tiene efecto ansiolítico”.

Bregar con un ansioso no es paja de coco. Según estudios norteamericanos, el paciente con ansiedad busca ayuda con todas las especialidades médicas y por último es que llega al psiquiatra; gastan miles de dólares en diferentes pruebas (cateterismo, endoscopia, holter, mapa, colonoscopia, examen de la vista, tomografía, etc.).
 
Luego de un tiempo, algún familiar consciente o algún médico harto de tantas consultas, le dice al paciente con voz tímida y asustada: Mira “perencejito”, yo creo que es hora de que te vea un… (psiquiatra) y entonces, con una consultita de $50.00 dólares, el paciente resuelve su problema.

Medicando al ansioso I

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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 21 de octubre del 2008 actualizado a las 12:51 AM
 
  
  

 

 

 
 
  
  
  
  
 
 
Medicando al ansioso I

Cuando recibimos un paciente ansioso, lo primero que hay que hacer es aclarar el diagnóstico porque la ansiedad NO es una entidad patológica si no se pone el apellido correcto.
 
Los diferentes trastornos de ansiedad son:   - fobia simple (a las cucarachas, ascensores, aviones, etc.); - fobia social, la más común de todos los trastornos de ansiedad, retrata  aquella persona que le tema a la interacción con el público (timidez patológica); -Ataques de pánico o temor a morir y al mismo tiempo, hacer crisis donde aumenta la respuesta del sistema nervioso autónomo; - Trastorno estrés postraumático; - Trastorno de ansiedad generalizada y, - Trastorno obsesivo compulsivo.
 
Luego que tenemos el diagnóstico correcto o por lo menos, idea de a cual de los trastornos de ansiedad se aproxima la sintomatología de nuestro paciente, procedemos a medicar (recuerde que hoy solo vamos a hablar del tipo de medicamentos a utilizar).
 
En el trastorno de ataques de pánico, el paciente no toma conciencia del problema hasta mucho tiempo después, cuando ha visitado todo tipo de especialistas buscando afanosamente una explicación “médica” de su problema.  
 
Cardiólogos, gastroenterólogos, neumólogos… son los facultativos más visitados por estos “panicosos” que luego de dejar una fortuna en esas consultas, deciden a regañadientes, acudir al psiquiatra.
 
¡Vaya sorpresa!, en cuestión de dos a tres semanas con un tratamiento efectivo, el paciente comienza a sentir mejoría (quiero aclarar que estamos hablando en casos donde el único diagnóstico sea ataque de pánico y en ausencia de estresores que puedan complicar el cuadro). 
 
Para el ataque de pánico, los medicamentos más usados son los famosos inhibidores de la recaptación de serotonina:  SERTRALINA, PAROXETINA, CITALOPRAM, EXITALOPRAM, y más modernos, la VENLAFAXINA y la DULOXETINA, que se conocen como “duales”.
 
Fíjese que estos medicamentos son conocidos en el mercado como “antidepresivos”, pero también son excelentes ANSIOLITICOS. Dichas moléculas son las drogas de elección para estos diagnósticos pero, en la mayoría de los casos los médicos ya le han prescrito al paciente alguna benzodiazepina (DIAZEPAM, CLONAZEPAM, ALPRAZOLAM, LORAZEPAM, etc.), aunque en realidad, estas moléculas solo mejoran al paciente por breve tiempo.

Medicando al depresivo II

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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 14 de octubre del 2008 actualizado a las 12:59 AM
 
  
  

 

 
 
   
   
   
   
 
 
Medicando al depresivo II

El peligro que hay de poner un medicamento antidepresivo sin haber hecho una historia clínica minuciosa y detallada, así como algún test psicométrico es que un alto porcentaje de estos pacientes pueden tener una condición que se conoce como DEPRESION BIPOLAR; en otras palabras, que si no investigamos a plenitud, podemos estar frente a una fase depresiva del famoso trastorno bipolar y entonces al utilizar solo el antidepresivo, podríamos producir un fenómeno que se conoce como “giro” a la manía por parte del antidepresivo.

En estos casos el paciente lo llama diciendo: ¡Doctor, usted es un genio, ya me cure!, ahora si que estoy perfecto… cuando solamente estamos produciendo una fase manica IATROGENICA, o sea, producida por los “medicamentos”.
 
Por eso siempre es bueno decir al psiquiatra si existe algún familiar con historia que sugiera trastorno bipolar.

Otro grupo de pacientes mejoran al tratamiento pero mantienen algún tipo de sintomatología residual en estos casos se habla de respuesta parcial al tratamiento que es un estadio que el psiquiatra debe superar y lograr lo que se conoce como “REMISION” que es la vuelta completa a la mejoría; o más bien, la ausencia de síntomas.
 
Para obtener este tipo de respuesta hay que optimizar las dosis del medicamento o pensar en la combinación de fármacos.

Hay que recordar que en muchas ocasiones el paciente depresivo se queja de dolores, ansiedad, o falta de sueño; los cuales son síntomas que pueden aparecer en el cuadro depresivo.
 
Si usted sufre de dolores vagos, los cuales están presentes y los médicos muchas veces no le encuentran mucha explicación, se podría tratar de la famosa depresión enmascarada; y usted debe preguntarle a su médico de las nuevas terapias antidepresivas para estos casos.

La medicación sola es una pata dentro del tratamiento de la depresión.
 
Para que este sea completo, es conveniente –en la mayoría de los casos- combinarlos con psicoterapia y así darle mayor robustez a la respuesta terapéutica.

Combinar medicamentos con psicoterapia es el ESTÁNDAR  de ORO en el tratamiento de cualquier enfermedad mental.

Medicando a la persona depresiva I

 
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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 7 de octubre del 2008 actualizado a las 12:50 AM
 
  
  

 

 
 
 
 
Prescribiendo al depresivo I

Doctor:   Bueno, Juan, luego de esta evaluación tanto psicológica como psicométrica y de nuestra entrevista clínica, he concluido que en este momento estás padeciendo un episodio de Depresión Mayor Unipolar de Moderado a Severo; te recomiendo iniciar medicación antidepresiva por un mínimo de seis meses, ya que según la historia recogida es tu primer episodio.

Paciente: ¿Pero no me haré adicto a esas pastillas?

Doctor: ¡No!, los medicamentos antidepresivos NO producen dependencia ni crean adicción. 
 
Acaso el paciente que usa insulina para la diabetes es ADICTO a ella?... Acaso quien usa fármacos para la hipertensión se hace ADICTO a esos medicamentos?

Paciente: ¡Sí!, está bien, doctor, ¿pero… qué pasa si la dejo?... ¿me vuelve la depresión?...

Doctor: La realidad es que la mayoría de las personas que hacen un tratamiento adecuado para la depresión acompañada de psicoterapia -en tu caso, con uno de nuestros psicólogos-, pueden dejar el medicamento de forma escalonada y sin ningún contratiempo. 
 
¡Claro está!, recuerda que la depresión es una enfermedad crónica. 
 
Pero esperemos que tu primer episodio sea el único y que no haya que retomar los antidepresivos.

Paciente: Cuáles son los efectos secundarios más comunes?

Doctor: Muchos pacientes que toman antidepresivos se quejan de náusea, dolor de cabeza, malestar estomacal al principio… pero esto dura muy poco y es autolimitado, por lo que la mayoría los toleran bien.

Paciente: ¿Y qué hay con mi “naturaleza”?... ¿es verdad que eso me pone flojo?...

Doctor: Entre 12–18%  pueden tener algún tipo de disfunción sexual, por eso es importante que siempre toquemos ese tema cuando vengas a consulta porque hay muchas opciones terapéuticas que podemos trabajar si aparecieran esos síntomas.

Paciente: ¿Y no me podré beber unos traguitos con esas pastillas?

Doctor: Ese es un tema interesante que debemos manejar en la próxima consulta, Juan.
 
En estas primeras cuatro semanas, te recomiendo que nos concentremos en optimizar tu tratamiento y restringir el alcohol completamente para evitar confusión con posibles efectos secundarios.
 
Ya después, hablaremos de flexibilizar dicha medida.

Ignorancia y medicación II

Ignorancia y medicación II
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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 30 de septiembre del 2008 actualizado a las 12:45 AM
 
 
  
  

 

 
 
 
 
Ignorancia y medicación II

Entre la psicologización y la poca efectividad o abundancia de efectos secundarios de los medicamentos psiquiátricos de los años ’60 y ’70, hicieron que la clase médica les tomara mucho temor a estos fármacos y se acostumbraba a ver a los psiquiatras como manejadores de temas meramente psicoanalíticos con una exageración en la importancia del sexo como parte del génesis de la enfermedad mental.
 
Cuando digo psicologización, me baso exactamente en ese fenómeno psicosocial donde todo el mundo conocía o leía sobre psicoanálisis y temas como represión, libido, Yo, superYo, Edipo, etc., y eran términos de uso hasta artístico.  
 
Otro fenómeno que psicologizó aún más la psiquiatría fue la aparición de otra escuela psicológica, la cual tiene influencia en la Unión Soviética y Estados Unidos, me refiero a los conductistas (Pavolv, Skinner), los cuales lograron polarizar el pensamiento psiquiátrico entre el conductismo y el psicoanálisis, dejando en un cajón los procedimientos biológicos.
 
Se conoce al perrito que babea cuando suena la campana o al joven reprimido por un no resolucionado complejo de Edipo, pero nadie entiende los neurotransmisores cerebrales y los hallazgos anatomofuncionales que provocan las diferentes patologías mentales en nuestro cerebro.
 
Llegan los ‘90s y esta década es llamada la “década del cerebro”, los albores en neuroimagen, bioquímica y fisiología y la aparición de los famosos inhibidores de la recaptación de serotonina con un buque insignia que es el archiconocido “PROZAC” (fluoxetina), producen una revolución en la psiquiatría de finales del milenio donde de la libido, represión y conductismo, pasamos a contemplar temas como serotonina, dopamina, noradrenalina, estres. 
 
Además, la eficacia demostrada por los nuevos fármacos así como la aparición de los antipsicóticos atípicos (clozapina, olanzapina, risperidona, ziprasidona, quetiapina, aripiprazole) comienzan a cambiar la imagen de nuestras moléculas frente a  médicos no psiquiatras.
 
Ya un cardiólogo o un ginecólogo se sienten cómodos interconsultando psiquiatría o empezando una medicación ellos, en episodios de depresión o ansiedad; ya los pacientes empiezan a entender que una enfermedad psiquiátrica es tan médica como una gastrointestinal o cardíaca.

La Violencia en República Dominicana

La Violencia en República Dominicana
Psiquiatra relaciona comportamientos con el deterioro definitivo de la familia.
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28 Septiembre 2008, 12:07 AM
Guerrero Heredia
RD se iguala en violencia a otros países
Escrito por: Arismendy Calderón

El nudo de la violencia, en todos sus géneros, aprieta el cuello de la nación, hasta casi estrangular a la sociedad dominicana. El manto funesto y oscuro del narcotráfico amenaza con asfixiarnos.  Es como una epidemia incurable que avanza, implacable. La crisis económica afecta a millones de dominicanos, generando pobreza y desesperanza. Desempleo, crisis alimentaria.  Las familias se desintegran, se hacen añicos.

¿Qué está ocurriendo en la sociedad dominicana? ¿Son  problemas exclusivos de los dominicanos? ¿Sucumbirá la nación, o nos pondremos de pie para enfrentar los grandes retos que tenemos por delante? Estas interrogantes tienen muchas respuestas para Héctor Guerrero Heredia, médico psiquiatra,  especialista en temas tales como estrés, trastornos de ansiedad, depresión, psicosis, adicciones y alcoholismo, trastornos nerviosos en general y psiquiatría del adolescente.

“¿La violencia dominicana? Fíjate, yo creo que la violencia que  afecta a nuestro país ha comenzado a equipararse a la de todas las otras ciudades de Latinoamérica. Creo que estamos empezando a parecernos  mucho a Caracas, a Bogotá, a Guatemala.  Por desgracia, la comparación es en el aspecto negativo”.

Otras naciones citadas por Guerrero Heredia, que padecen problemas como los nuestros, no son tan violentas. Menciona los casos específicos de Buenos Aires y  Santiago de Chile.

“Yo creo que la violencia es un problema social, socioeconómico y psicosocial. Psicosocial en el sentido de que definitivamente las cosas no han mejorado, las familias se han desintegrado, la gente está en la calle trabajando, los hijos se están criando con los abuelos, con los tíos o con una sirvienta. Hay un deterioro definitivo del núcleo familiar, producto de la necesidad de todo el mundo salir a laborar”.

Además de médico psiquiatra, Guerrero Heredia es articulista de periódicos y revistas, productor del programa de televisión “La Receta Médica de la Z”, en la emisora Z-101,  catedrático universitario de Farmacología y Psiquiatría en la Universidad UNIBE, y secretario del Colegio Dominicano de  Neuropsicofarmacología. El hombre, de 43 años,  se mantiene bastante ocupado. Se graduó “Cum Laude” en UNIBE. También realizó estudios en la Universidades Yale, en Connecticut, en el Graduate Hospital Philadelphia y en el Beck Institute, de Philadelphia, Estados Unidos.

¿Qué interpretación tienen las estadísticas de violencia en la República Dominicana? Las cifras son altas, indudablemente, pero el profesional de la Psiquiatría se muestra cauto al responder.

“En cuanto a números,  a veces yo soy como una pasta de jabón dentro de un sancocho. Yo digo que no, que los números dominicanos se parecen a los de otras ciudades latinoamericanas. No  creo que hay una epidemia, ni que hay una aumento vertiginoso de la violencia”.

Su criterio se basa en que la convulsionada ciudad de Santo Domingo alberga alrededor de tres millones de habitantes, lo que implica que en la urbe  “tiene que pasar de todo, porque donde vivimos dos o tres millones de dominicanos, la mayoría con muy poca educación, cualquier cosa puede ocurrir”.

                                     Tránsito: caos y desorden.  Un factor determinante, según Guerrero Heredia,  es “la forma en que se conduce en  nuestro país. Solamente el caótico tránsito, que es totalmente diferente a todas partes del mundo, el más desordenado, el menos educado, el tránsito más desagradable que hay en Latinoamérica,  es el de Santo Domingo. Solo eso engendra violencia”.

Y esa violencia del isleño, del latinoamericano isleño, caribeño, tiene su explicación: “Nosotros nos expresamos mucho con el cuerpo, nosotros nos tocamos, damos cocotazos, codazos, entonces definitivamente el dominicano tiene la violencia como algo sociocultural”.

La educación es vital para explicar el fenómeno de la violencia. Pero, ¿qué ocurre en nuestro país? que todo se habla del tema, pero no se avanza en la materia. Mucha espuma, poco chocolate. ¿Qué es lo que hay que hacer? Invertir más para mejorar la educación. “Los dominicanos quedamos en los peores lugares en cuanto a la educación se refiere. Educación básica, educación media, educación superior, educación universitaria… No hay otra forma. La educación es lo básico en todo esto”.

Guerrero Heredia no cree que el dominicano sea más violento que el resto de los latinoamericanos.  Al contrario, sostiene que nuestros vecinos del continente  “son 20 veces más violentos que nosotros”. Y para afianzar su opinión menciona las cruentas guerras civiles de algunas naciones centro y sudamericanas.

Tampoco ocurren crímenes tan violentos como en México, Colombia o Guatemala, aunque la masacre de 7 colombianos en  Ojo de Agua,   Baní,  “todavía nos tiene con la boca abierta”. Esos crímenes están estrechamente ligados al narcotráfico.

Por fortuna no tenemos en el país pandillas peligrosas como la “Mara Salvatrucha” o “MS”, como también se les conoce. Estas son bandas muy grandes localizadas en Centro América y Estados Unidos, constituidas en mayoría por salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y otros centroamericanos. Sus integrantes son jóvenes en su mayoría.  Las actividades criminales de la “Mara Salvatrucha” incluyen venta de drogas, extorsión, venta de armas, robo y asesinatos por encargo.

“Es decir, con todo y todo, yo no creo que el dominicano sea más violento que nadie. Que la sociedad, que la situación nos lleve a responder con violencia, no implica que el dominicano, como ente social, como raza negro, blanco y taino, tengamos más propensión a la violencia”.

 Mulatos, mestizos
Somos mulatos, precisa el médico psiquiatra, y por consiguiente “no somos más violentos que los mestizos. Ese mestizaje latinoamericano, ese indio del continente es mucho más violento que nosotros… Te repito que yo no creo que el dominicano sea más violento que ningún otro habitante de Latinoamérica”.

Aunque reconoce que hay un vínculo estrecho entre la violencia y el auge del narcotráfico, Guerrero Heredia sostiene que  “las drogas en Santo Domingo son iguales que en el resto de Latinoamérica. El narcotráfico, la ilegalidad de las drogas, produce obviamente una exacerbación  de los problemas de violencia”.

“Podríamos decir que los problemas de tránsito y  los crímenes son producto de la violencia producida por el abuso de sustancias, y en un paisito como este, donde se abusa tanto del crack, de la cocaína barata, del éxtasis, y de ese tipo de sustancias, más la permisibilidad cultural del dominicano hacia el alcohol, eso sí es diferente”.

Sostiene la tesis de que en nuestro país “se toma demasiado alcohol”, más que en cualquier otra nación de Latinoamérica, es decir, que somos de una cultura “diseñada para beber cerveza y para beber ron”.

Haitianos son una carga para el país

Compara la presencia masiva de haitianos indocumentados en nuestro país con miles de dominicanos que residen en los Estados Unidos.

Define a nuestros vecinos como gente trabajadora, que no tiene otro lugar a donde emigrar.

No le gusta tocar ese tema, porque  tocaría las fibras sensibles de ciertos “patriotas y falsos nacionalistas,  tantos vagabundos que han habido, que en nombre del nacionalismo han hecho de todo en este país. Y menciona al extinto líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) José Francisco Peña Gómez.

“Yo creo que hay mucha exageración con los haitianos, pero no hay dudas de que son una carga económica al Estado dominicano, no porque trabajan, sino porque no pagan impuestos”. Hace referencia a que el 20 por ciento del presupuesto de Salud Pública “se va en los haitianos, lo paga el gobierno. Es una subvención que tiene el Estado al sector de la construcción. Los ingenieros deben ser todos gobiernistas, porque nosotros les pagamos la salud a los haitianos. Entonces, obviamente, nuestros vecinos indocumentados son una carga para el Estado, no una carga para la nación”.

La frase

“Los dominicanos quedamos en los peores lugares en cuanto se refiere a   la educación media,  educación superior, educación universitaria... No hay otra forma. La educación es lo básico en todo esto”

Ignorancia y medicación I

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Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 23 de septiembre del 2008 actualizado a las 1:03 AM
 
  
  

 

 
 
   
   
   
   
 
 
Ignorancia y medicación I

El estigma creado con respecto a la medicación en el área psiquiátrica viene de tiempos inmemoriales.
 
Al principio del siglo XX, los psicoanalistas encabezados por Freud, las teorías existencialistas y el pensamiento de izquierda, “psicologizan” de  manera  abrumadora  esta sub-especialidad médica que es la psiquiatría, dejando los procedimientos biológicos a un lado en un mundo oscuro donde el electroshock, las anfetaminas y los barbitúricos, eran cosa de esquizofrenia o de “alta locura”.

Los manicomios eran vistos como bancos de orates sin remedio, donde una serie de “médicos extraños” aplicaban todo tipo de terapia poco científica y espeluznante. 
 
Obviamente, dada la limitación técnica y científica de los medicamentos, lo que ocurría en todas las áreas de la medicina (recuérdese que hasta principios de los ‘40s no existían ni siquiera los antibióticos), hacían poco eficaces los tratamientos psiquiátricos.

La psiquiatría biológica cae entonces en un letargo de donde no empieza a despertar hasta principios de la década de los ‘50s cuando un anestesiólogo francés descubre el efecto antipsicótico de la famosa CLORPROMAZINA.

El simple hecho de la implementación de este fármaco hace que se descongestionen los hospitales de una manera tal que los Estados Unidos se ahorran miles de millones de dólares en hospitalización psiquiátrica.

La era de la medicación psiquiátrica amaga con dar un salto hacia el futuro.
 
No hay dudas que entre los ‘50s y ‘60s se descubren nuevas moléculas y luego de la clorpromazina aparece la segunda molécula más importante en nuestra área (también en Francia), los laboratorios Roche sintetizan las primeras benzodiazepinas (DIAZEPAM) que vienen a sustituir los ultrapeligrosos y adictivos barbitúricos que tanta gente mató por sobredosis en los ‘60s y ‘70s.
 
Fue también en esa misma época que aparecieron los primeros antidepresivos (tricíclicos), los cuales tenían una gran efectividad pero que los efectos secundarios de éstos limitaban su uso y producían mucho temor en la clase médica no psiquiátrica; por lo que su uso era estrictamente limitado a los psiquiatras