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Lucía Collado

Navidad y Enfermedad Mental

Columna
El psiquiatra recomienda
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 11 de diciembre del 2007 actualizado a las 12:27 AM
 

HERRAMIENTAS

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 Navidad
Fechas memorables Semana Santa, Navidad, fin de año, aniversarios, son caldo de cultivo para que pacientes con problemas mentales puedan “descomponerse”. 

   En un país como el nuestro, con una alta permisividad para el alcohol y la derogación de la ley que limita la ingesta de bebidas alcohólicas luego de las horas establecidas durante algunos días de Navidad, traerán sin duda alguna, la desinhibición alcohólica.

Ojalá que nuestra población no tome esta amnistía alcohólica como especie de luz verde al libertinaje los excesos, que el beneficio político de esta medida NO cueste más vidas que lo esperado, que nuestros hospitales no se llenen de accidentados, intoxicados y pacientes mentales desorganizados.

Ojalá aparezcan los famosos alcoholímetros en nuestras calles, que sin duda alguna, ejercen una “presión psicológica” sobre los conductores que se atrevan a manejar en estado de ebriedad, y que se sancionen severamente aquellos que den positivo (alto).

Esperemos que se hagan campañas para promover el conductor designado y el cinturón de seguridad; que definitivamente son las dos medidas de mayor costo efectividad que existen para la prevención de muertes innecesarias.

Es mi opinión, que la erogación de esta medida “transitoria”, traerá un vuelco sin precedentes al consumo excesivo de bebidas alcohólicas según lo que hemos podido captar y analizar en lugares tan sensibles como son las universidades, clínicas privadas y en nuestro contacto con el pueblo a través del programa radial La Rezeta Médica de la Z, que producimos y transmitimos de 11:00 a.m. a 12:30 p.m., diariamente por la emisora Z-101.

El problema no es tomarse unos traguitos en Navidad para compartir alegremente con familiares y amigos, sino que se desate un fervor, una especie de respuesta sobredimensionada de la medida y que entonces los dominicanos se sientan con “patente de corso” para ingerir bebidas.

Por un lado, el gobierno de forma improvisada, prohíbe el uso de los fuegos artificiales por el pueblo; y por el otro, estimula el desenfado artificial a través del alcohol.
 Héctor Guerrero Heredia es psiquiatra
hguerreroheredia@elcaribe.com.do

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¿Qué es la Navidad hoy en día?

¿Qué es la Navidad hoy en día? ¿Celebra alguien la Navidad sensu stricto? ¿Qué queda de la Navidad cristiana en la España de hoy?
Yo diría que poco, casi me atrevería a decir que nada. Para empezar, la celebración del nacimiento de Jesús es algo que ha quedado relegado a las icónicas representaciones de los preceptivos portalitos de Belén de los mercadillos de Navidad. Su significación como un supuesto hecho religioso trascendente ha desaparecido. El personaje de Jesús se ha mezclado y ha caído por debajo de otros personajes, mucho más divertidos, como Papa Noel (Santa Claus), Rudolph el reno de la naríz roja, o los “caganers” del príncipe y de “la Leti”. La tradición religiosa se ha disgregado en sus componentes más folclóricos, ya sean autóctonos o importados, los villancicos, las decoraciones, las comidas y la juerga.
Supongo que esta “banalización” crea una honda preocupación entre los cristianos practicantes, pero yo creo que es una muestra más de la total desconexión con la religión que tiene una gran mayoría de la gente. Aunque la Iglesia se empeñe en indicar que una abrumadora mayoría de la población sigue siendo católica, la realidad es muy distinta. Puede que sobre el papel haya muchos millones de católicos, pero realmente son muy pocos, poquísimos.

Carlos Menéndez