Elementos de una vajilla
La vajilla es una parte muy importante de los elementos de su mesa, ya que junto a la cristalería, cubertería y la mantelería conforma el cuarteto indispensable para presentar una mesa con los elementos que demandan la decencia y las normas de la etiqueta.
El objetivo?: Facilitar el momento de las comidas, que como ya he apuntado antes, debe ser agradable, que invite a degustar en total disfrute los alimentos preparados para deleitándonos los sentidos tanto con su sabor como con su color y textura.
Cada estilo y tipo de vajilla está destinado a un momento o ambiente determinado. En la actualidad existen en el mercado diseños y composiciones para todos los gustos y todas las posibilidades, las cuales son fabricadas de diferentes materiales, lo que determina su calidad y resistencia.
Ahora bien, al igual que en la mantelería, la vajilla elegante por excelencia es la de color blanco, si es posible en porcelana.
Cabe recordar que el diseño elegido, debe ser acorde al resto de los elementos de la mesa. Es decir, no podemos poner una vajilla muy clásica, con una cristalería moderna. De igual forma que no debemos usar colores que no combinen unos con otros y/o que interfieran con la visión de los alimentos que vayamos a servir.
Una regla de oro para la mesa es: La armonía desde la presentación de ésta, hasta el ambiente que ha de imperar cada vez que nos sentemos en ella, pues compartimos los momentos vitales en que nutrimos nuestro cuerpo, y no resulta beneficioso ni saludable si hay disturbios que alteren nuestros sentidos.
Debemos pues, para las ocasiones importantes, tener el cuidado de elegir una buena vajilla, blanca preferiblemente (es el color de fondo que mejor destaca cualquier comida), de diseño clásico, de porcelana, si es posible. Ya sean vajillas totalmente lisas o decoradas de forma discreta.
Es preciso conocer que una vajilla debe contener, para su formato más básico: Platos hondos, platos llanos y platos de postre. Las vajillas más completas pueden llegar a tener un número de piezas elevado, aunque muchas de ellas solo se utilizan en contadas ocasiones.
Es así como nos encontramos vajillas que contienen platos y tazas de consomé, soperas, salseras, bandejas de los más diversos tamaños y formas, diversos platones para servir, platos especiales para espárragos, pescados, caracoles, etc.
Un elemento que inicialmente no compone la vajilla, es el plato de fondo o plato de presentación, cada vez más utilizado por su elegancia. Se coloca como elemento decorativo y como base de la vajilla tradicional. Jamás se sirve alimento alguno en el plato de fondo. En comidas formales, si optamos por colocar esta pieza, ha de ser de porcelana, plata o de otro material de gran calidad, Por mi parte prefiero el plato de fondo, bajo plato o plato de presentación, para comidas informales.
Generalmente, se colocan un plato llano y un plato hondo, como servicio básico; pero como estamos en fiestas vamos a “estirarnos” un poco más. Recuerde, que nunca se pone un plato hondo directamente en la mesa; siempre tiene que llevar un plato llano de base.
Para empezar, podemos elegir unos elegantes bajo platos, que nos sirvan de base y decoración para la mesa. En función de cómo vaya a poner la mesa puede optar por unos lisos y clásicos o por algún otro más atrevido. Los materiales pueden ser muy diversos, pero entre los más elegantes están los de metal (plata, alpaca, etc.) y porcelana.
Sobre este bajo plato, pondremos un plato llano; sobre él, un plato hondo (si vamos a servir una sopa de pescado, una crema o algún alimento que requiera de un plato hondo).
El plato hondo es opcional, sino vamos a poner un alimento que lo requiera (se puede poner simplemente para composición de la mesa y retirar al empezar a comer). Pero, si no vamos a utilizarlo y para evitar trabajo, podemos optar por colocar el plato llano, y sobre él un plato más pequeño de aperitivo, que luce muy bien decorativamente hablando, y nos sirve de protección para el plato llano cuando se sirven aperitivos o entradas, para las migas de pan que caen al untar un poquito de mantequilla, etc.
Luego a la izquierda de las copas, ponemos un platillo pequeño, que puede ser de metal o de porcelana, para colocar el pan. Si ponemos mantequilla, es conveniente poner en el platillo un pequeño cuchillo plano para untar.
A lo largo de la comida, todas las piezas que utilicemos (soperas, bandejas, ensaladeras, fuentes, etc.) deberán ser de la propia vajilla y en caso de no serlo, deberán combinar lo mejor posible con ella. Asimismo, cada plato que se vaya usando a medida que se va sirviendo, se va retirando antes de colocar el próximo./Recopilado por: Lucía Collado para MUDEX.-
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