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Lucía Collado

Admitámoslo: Somos depredadores!

Admitámoslo:   Somos depredadores!

Sin ánimo de ofender, pero la verdad sea dicha, sobre todo en ocasiones como cuando hoy en la mañana leí este trabajo publicado en  Diario Libre, porque sentí pena, dolor, muuucho dolor y verguenza... Qué estamos haciendo para evitar destruir el mundo? -en el sentido literal de la sentencia-... Queda algún par de ojos en nuestra querida Quisqueya que no haya visto como lucen de horrorosamente sucias nuestras playas, al punto de que se han convertido en un vertedero de basura no solo por los desechos de alimentos como de otros "artefactos", sino también por los cientos de miles de fundas, vasos y toda suerte de envases de material plástico y desechable que no son biodegradables y que asesinan la fauna marina más preciada (delfines, tortugas, etc.)?... Debo pues, compartir estas líneas que siguen para que igual que yo, se espante todo el mundo y en alguna manera se comprometa a PARAR tanta ignorancia e inconsciencia.  

Acaso necesito ser autoridad turística para colaborar con la limpieza y la educación de nuestros pueblos?... Ay! cuánto atraso se refleja en nuestros tesoros naturales mas bellos... necesitan un retrato?... recordemos nuestra última visión de Bocha Chica o Las Terrenas./Lucía Collado, Abril 07 del 2008.-

Instrucciones para matar tortugas marinas

El 90% de las recién nacidas son víctimas de los depredadores

Miles de tortugas marinas mueren cada año.

SANTO DOMINGO. El título de este artículo, a pesar de su aspecto provocador, alude a un hecho real: en cumpleaños y festejos semejantes podemos hacer cosas que contribuyan a la muerte de las tortugas marinas.

Creo haber demostrado, en anteriores artículos, la complejidad casi infinita de los procesos ecológicos, por lo que no debe sorprendernos la relación entre fenómenos tan aparentemente distantes como un cumpleaños y la muerte de una tortuga marina. Pues sucede que los globos que flotan, tan populares en las fiestas, cuando se escapan son llevados por la brisa hacia el mar donde finalmente se desinflan y caen. Como un globo que flota en la superficie del mar se parece mucho a una "Agua Viva" o "Medusa" (Physalia pelagica o Aurelia aurita), que es uno de los alimentos favoritos de algunas tortugas marinas, éstas se lo tragan, originándoles obstrucciones gastrointestinales. El mismo error cometen con vasos y fundas plásticas que de diversas formas van a parar al mar. 

En realidad, las tortugas marinas adultas tienen pocos depredadores naturales, entre los que figuran los tiburones tigre y las ballenas orcas. La mayor mortalidad ocurre en los nidos y después del nacimiento. Se calcula que el 90 % de los recién nacidos es víctima, además de los humanos, de depredadores tales como peces, aves marinas, garzas nocturnas y cangrejos.

La basura acumulada en las playas de anidamiento puede hacer que las hembras se devuelvan al mar y no desoven. Por otra parte, miles de tortugas marinas mueren cada año en las redes de atrapar camarones. Las luces artificiales en las playas pueden inhibir la conducta de anidamiento, pues las tortugas, que son nocturnas, las confunden con la luz solar. A veces los recién nacidos, confundidos por las luces, caminan en dirección opuesta al mar y terminan aplastados por los carros en parqueos y carreteras. Muchas veces los nidos son saqueados para comerse los huevos, que supuestamente tienen poderes afrodisíacos. También las cazan para fabricar con sus conchas peines, monturas de lentes y otras curiosidades. Aunque no es fácil calcular la edad de una tortuga marina, los científicos han desarrollado métodos que permiten hacer estimaciones bastante precisas. Según estos cálculos, las tortugas marinas pueden vivir entre 50 y 80 años. Resulta increíble que un animal en el que la naturaleza invirtió tanto tiempo, sea sacrificado para satisfacer caprichos triviales que bien podrían hacerse de otro material.

En Bahía de las Águilas, que es un área protegida, todavía las tortugas pueden desovar con relativa tranquilidad. En otras playas de las zonas, sin embargo, el impacto humano ha reducido la actividad de anidamiento drásticamente. En algunas playas del sur profundo, es más fácil toparse con un paquete de drogas que con una tortuga marina desovando. La solución que han encontrado algunos países para evitar la depredación o perturbación de los nidos de tortugas es crear un cordón de vigilancia militar durante los meses en que éstas desovan. Creo que en nuestro país, un esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de las Fuerzas Armadas, podría contribuir grandemente a la conservación de estas criaturas espectaculares.

De Simón Guerrero

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