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Lucía Collado

Trastorno esquizotípico de la personalidad

Trastorno esquizotípico de la personalidad
Columna
El psiquiatra recomienda
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 17 de junio del 2008 actualizado a las 1:03 AM
 
 
  

 

 
 
   
   
   
   
 
 
Trastorno esquizotípico  

Una de las personalidades más excéntricas, con ideas de la vida muy peculiares y creencias que rayan lo normal, es justamente el esquizotípico. 
 
Ese joven que desde chiquito en el colegio le decíamos que era medio raro (nada que ver con la preferencia sexual).
 
No es extraño encontrar un individuo que asegura haber tenido contacto extraterrestre, una persona extremadamente supersticiosa, o que siempre esté hablando de su sexto sentido o su capacidad de leer la mente de los demás.

Una persona que hable casi siempre en metáforas, cuya vestimenta y apariencia sean peculiares, viste como hippie, gitano, o de manera estrafalaria. 

Un individuo con pocos amigos, y solo relacionándose con sus familiares, con niveles altos de ansiedad social, o sea, que no le gusta exponerse al público o a eventos sociales.

Que también tenga ideas de sospecha y ligeramente paranoica sin llegar a la psicosis o a la franca personalidad paranoide, o al aislamiento del esquizoide.

Telepatía, clarividencia, experiencias supernaturales, son sus principales temas de conversación.  En ocasiones se relacionan con cultos y sectas extrañas, así como creencias religiosas poco ortodoxas.

Un 2% de la población puede tener características esquizotípicas y es más común ver esta condición en hombres, principalmente solteros, viviendo con sus padres.

También, al igual que la personalidad paranoide y la esquizoide, se relaciona con la esquizofrenia y la introversión en familias predice alguna relación hereditaria con su origen.

La personalidad esquizotípica tiene una alta incidencia de suicidios debido a descompensaciones psicóticas y afectivas que hacen estos individuos. 
 
En esos casos, el uso de antipsicóticos y antidepresivos debe ser una opción  terapéutica  aunque al final la única arma que tenemos contra esta condición es la psicoterapia.

Esta condición debe ser diagnosticada por un psiquiatra experimentado, ya que existen muchos factores que podrían confundir la condición. 
 
Por ejemplo, el problema cultural, lo que en Haití se vería como normal de un individuo clavando alfileres a una muñeca para hacerle daño a alguien, no se vería tan normal en Finlandia o en Francia.

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