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Lucía Collado

Tricotilomanía

Columna
El psiquiatra recomienda
Por Guerrero Heredia / El Caribe
Martes 28 de agosto del 2007 actualizado el lunes 27 de agosto del 2007 a las 11:24 PM
 

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Tricotilomanía

PREGUNTA: Desde pequeñita me estoy halando los pelos de la cabeza, hasta se me han hecho hoyos en el cráneo.  En el bachillerato me cogió también con halarme las cejas y las pestañas hasta sacarme sangre de los parpados.  ¡Ya no resisto más esta situación!

RESPUESTA: Aparentemente tienes un diagnóstico de trastorno del impulso del tipo “TRICOTILOMANÍA”, que es la compulsión (impulso) incontrolable de halarse el pelo y las pestañas.  En este caso, como tú misma explicas, tu entiendes y aceptas que es un problema pero a pesar de todo lo sigues haciendo.
El paciente siente mucha tensión justo antes de halarse el pelo y cuando trata de contener el impulso; pero luego de hacerlo siente una sensación de bienestar y gratificación, la cual es pasajera y desaparece minutos después.  Este trastorno es raro y se podría considerar que un 1% de la población podría tener este desorden de manera leve a moderada, los casos severos o graves serían el 10% de ese 1%.
El tratamiento de este desorden es principalmente “conductual”, aunque en la mayoría de los casos hay comorbilidad del tipo depresivo o ansioso, por lo que el tratamiento farmacológico está indicado.  El tratamiento “psicodinámico psicoanalítico” es largo pero con buenos resultados también.
La tricotilomanía pertenece a los llamados trastornos del “impulso” junto a la CLEPTOMANÍA (compulsión a robar cosas innecesarias), trastorno explosivo intermitente, LUDOPATÍA (juego patológico), PIROMANÍA (encender fuegos), entre otras. 
Debido a la naturaleza del problema, la mayoría de los casos nunca llegan al psiquiatra, aunque la calidad de vida de estas personas es deprimente.  Estos tratan de ocultar su impulso y se pasan el tiempo entre la tensión de ocultarlo y a la vez, la aprehensión por realizarlo.

Nota: El psiquiatra debe “entender” que esta patología no es una obsesión sino un descontrol del impulso, para así tratar de forma adecuada al individuo.
Héctor Guerrero Heredia es psiquiatra
hguerreroheredia@elcaribe.com.do
                     

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